La piel de cada persona es distinta, por lo que cada tratamiento facial se realiza de forma personalizada según la evolución de cada persona, teniendo en cuenta el grado de envejecimiento y las características del tejido.
Tratamiento de rejuvenecimiento
Estos tratamientos están diseñados para reducir los signos del envejecimiento, como las arrugas y las líneas de expresión. Además, suelen incluir la aplicación de productos antienvejecimiento, como el ácido hialurónico o el colágeno, para reafirmar y revitalizar la piel.
Tratamiento relajante
Este tratamiento se centra únicamente en proporcionar una experiencia relajante y rejuvenecedora. Para conseguirlo, incluye masajes faciales, mascarillas relajantes e incluso aromaterapia con tal de reducir el estrés y promover la relajación.
Tratamiento de luminosidad
Este tipo de tratamiento está diseñado para devolver a la piel su brillo natural y luminosidad. Utiliza productos específicos y técnicas como la exfoliación química o las mascarillas iluminadoras para reducir manchas oscuras, decoloraciones y otros signos de opacidad. De hecho, es una excelente opción para aquellas personas que desean una piel radiante y uniforme.